Hacer sin pensar por Marta Giner

Hoy os planteo una situación que seguramente os resulte familiar.

En un partido, después de melés, algunos placajes y rucks, una de las compañeras encuentra un hueco entre las adversarias y empieza a correr y a correr. Yo la sigo tan rápido como puedo y le digo que estoy con ella, ¡pase corto izquierda! – le grito.

Ella me ve de reojo y justo antes de ser placada a pocos metros de la línea de ensayo, me lanza el balón con un pase aparentemente fácil y corto pero con “tan mala suerte” que se me cae. No hay ensayo.

¿Por qué se nos cae la pelota de la manera más absurda pero en el momento más clave de una jugada?

En las sesiones de entreno y evidentemente en los partidos hacemos jugadas o movimientos mucho más complejos que un pase corto y nos encontramos en situaciones mucho más peliagudas, mucho más “duras” como ganar una melé, un maul, limpiar bien un ruck, placar correctamente o coordinar las delanteras para saltar bien la touche. Muchas de las veces no se trata ni de nervios, ni que la pelota esté mojada, o que la compañera haya lanzado muy fuerte. En la mayoría de los casos la explicación es muy simple. No sacamos los brazos.

Estoy segura que aquí los entrenadores pensaréis que no estoy diciendo nada que no hayáis repetido a vuestras jugadoras hasta la saciedad: (1)Comunicación: pedir el balón indicando a la compañera que estoy con ella y donde estoy, (2) sacar los brazos para recibir bien la pelota y cogerla. Nada nuevo, lo sé.

Por lo que he visto siempre en los entrenamientos y con posteriores conversaciones con entrenadores, los jugadores (incluyo también los hombres) confiamos en que el pase que nos lanzan de por si será bueno y que por consiguiente, recibiremos bien el balón. ERROR.

Hay que confiar en las compañeras, claro está. Lo que se trata es de no dar por sentado que el pase será bueno y que por tanto yo no tendré problemas en agarrar la pelota. Hay que evitar bajar la guardia o dar por hecho o ganado nada, hasta que no esté hecho y ganado. Estar con la cabeza en el juego, con los brazos extendidos esperando el pase e indicándole así a la jugadora que lleve el balón que estoy preparada. Esa es la manera como ayudamos a la compañera, como trabajamos y jugamos en equipo. Donde ellas no lleguen, estaré yo. Y al revés.

En la etapa de iniciación en un deporte son fundamentales las horas de trabajo y de repetición hasta que consigamos automatizar la técnica, en este caso, el gesto de sacar los (dos) brazos para recibir el pase. Lo conseguiremos a base de entrenos, repitiendo y repitiendo, de la misma manera que el chutador aprende a chutar, y el saltador a saltar.

Horas de trabajo y repetición. No se trata de pensar en ello durante el partido, porque en un partido bajo situación de estrés y tensión no pensamos, reaccionamos, actuamos intuitivamente. Cuando los movimientos están asimilados y automatizados nuestro juego en el campo es más fluido, más intuitivo y se dan las buenas jugadas en que no sabemos lo qué hemos hecho, solamente nos ha salido.

Ahora chicas pensemos en ese ejercicio de calentamiento que a veces hacemos mientras las jugadoras se van incorporando al entreno, cuando nos ponemos todas en círculo, pasándonos el balón… ¿verdad que ya no parece un ejercicio tan absurdo?

Marta Giner
Twitter: @MartaHarper
Los “open Days”

Marta giner

Comments (2)

  1. Mony Bono

    Mejor explicado,imposible.
    Seguro que muchas/os, se sentirán identificados.
    😀

  2. Gracias Mony por leerme! 🙂
    Creo que si, suele pasar… x

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